lunes, junio 7

Viajar empieza desde que se concibe el sueño de hacerlo

Por ahora sólo puedo describir mi experiencia previa al viaje y la ansiedad que he vivido desde el momento en que se concretó mi sueño.
Lo primero que pensé cuando recibí la llamada en donde me confirmaban que mi sueño sería posible fue en la frase bíblica "pide y se te dará" desde hace mucho pedí y definitivamente Dios me respondió.
El hecho de ver mi sueño hecho realidad me ha enseñado que no hay sueño imposible, sólo es necesario trabajar duro para ver los resultados.
No deje de creer en sus sueños, por imposible que parezcan, no se rinda, luche hasta conseguirlos y cuando sienta que todo está perdido, recuerde que nunca está más oscuro que cuando se acerca el amanecer.
En cuestión de un mes he aprendido a vivir cada día intensamente, el hecho de saber que pronto dejaré mi país por largo tiempo me ha enseñado a amar cada pequeño detalle de Costa Rica, lo que antes parecía feo ahora tiene su gracia. Cada minuto con mis seres queridos parece más largo de lo común, quizás por mi deseo de que así sea y poder estar con ellos más tiempo del que me queda.
Siento una enorme satisfacción al pensar en cuanto puede cambiar mi vida con esta enorme oportunidad y saber que al regresar habré crecido en muchos aspectos, pero a la vez tengo miedo de saber que llegó mi momento de enfrentarme al mundo real sin tener cerca a ninguno de mis seres queridos.
Sé que tendré que construir mi mundo nuevamente y es una realidad pasajera, pero estoy segura de que los verdaderos amigos perdurarán.
Mi experiencia previa al viaje me ha permitido conocerme más y también comprender que en la vida hay personas que erróneamente consideramos amigos y sólo están ahí por interés, pero a la vez van apareciendo mejores personas que las que perdí.
Esta es desde ya la mejor experiencia que he tenido en mi vida.

La vida es corta, perdone rápidamente y de corazón, ame verdaderamente, ría incontrolablemente, nunca deje de sonreír por más extraño que sea el motivo y lo más importante, nunca pierda la fe!

Agradezco a Joha porque con sus deseos le dio nombre a este blog y a Jacobo por la frase que utilicé como título de esta entrada.